1 de abril de 2008

Nevado de Colima

El cual, por cierto, no tiene nieve... ¡qué ironía! El sábado pasado fuimos a Zapotiltic a visitar a la familia de un muy buen amigo de María, y pues aprovechando el viaje subí mi bici de montaña con miras a pedalear en el Nevado el domingo por la mañana. Si no mal recuerdo, la última vez que rodé por estos lares fué hace poco más de 3 años, junto con el buen David Santana. Aún tenía la Epic roja, recuerdo que de regreso se me ponchó la llanta trasera (gracias, inchis llantas Hutchinson Python de "#$%&) y los dos olvidamos las refacciones/herramientas en el carro... y pues ni modo, tuve que aventarme prácticamente todo el descenso con la llanta desinflada. Con todo y que bajé lo más despacio posible, la llanta acabó hecha trizas, lo bueno que la rueda aguantó los trancazos. En fin, llegamos al camino principal (cerca de "El Fresnito") a eso de las 9am y a comenzar a pedalear. Vaya que me requirió un rato agarrar ritmo, esta subida es implacable desde los primeros metros. María se adelantó en el carro y luego siguió a pie. Un poco más adelante la alcanzo... me doy cuenta entonces que vengo a un ritmo de 100mts verticales cada 10min, o 10m verticales por minuto, Aprox. No sé bien si es lento ó rápido pero procuro mantenerlo. La temperatura agradable, alrededor de los 20-22 grados. Subir, subir, subir... no hay de otra. La terracería muy polvosa y muy suelta en ciertos tramos. Y luego los mosquitos... ¡ah, qué lata! El brazo derecho lo utilizo como si fuera un limpiaparabrisas. Total, que es una buena friega. De repente la pendiente cede, por unos cuantos metros, pero aprovecho cada centímetro para despegarme del asiento y descansar mi trasero que ya viene adolorido. A partir de los 2,500 metros de altura, la rodada toma un giro y, en vez de ser un reto físico, se convierte en un reto mental. Trato de "aligerar" el pedaleo sin bajar el ritmo. La ingesta de líquidos la limito a un trago cada 10-15min. Aprovecho una pequeña recta para comer una manzana... aahhh, qué bien, dulce y jugosa. 2,850 metros, una pendiente corta pero fuerte; sin problemas pero absorbe mucha de mi energía. Apenas y puedo seguir rodando. Y luego otra... ¿de qué se trata? Mi cuerpo pide esquina pero mentalmente aún no me rindo. "Ultimas curvas" pienso... jajaja, qué inocente. Aún falta camino por recorrer. Rebaso los 3,000 metros. No debo estar lejos, si no mal recuerdo, la caseta está a los 3,100-3,200. Algo que he notado desde hace rato es que pareciera mi primera vez en bici de montaña... ¡me duelen mucho mis nalgas! El asiento ha hecho lo que ha querido de mí, y ni siquiera una invitación a cenar el ingrato. ¡Joder! Aguanta, aguanta. Pero el bajón es inevitable, a eso de los 3,210 metros decido hacer una pausa. Me URGE estirar las piernas y comer algo. Breve, en menos de 5 minutos estoy arriba de la bici pedaleanto de nueva cuenta. Y poco después, llego a la caseta. Caray, y pensar que faltaba casi nada... bueno, de cualquier manera fué un muy buen esfuerzo, hice 2Hrs 33min, un récord personal. Recuerdo la primera vez que vine aquí, hace unos 7 años: 3Hrs 50min.

El regreso algo acelerado ya que no muy lejos de ahí me encuentro a María, quien a pesar de que ya casi no trae agua viene a muy buen paso y ya casi llega a la caseta. Bajo lo más rápido que puedo por el auto y regreso por ella. Conclusión, aunque cansados, pero satisfechos por el esfuerzo realizado. La montaña aún sin nieve es preciosa. Espero volver pronto para bajarle a las 2.5Hrs... así fué.








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