4 de junio de 2008

Festival de la Bicicleta

Domingo 1 de Junio, 6:30am, yo estoy en el quinto sueño y suena mi celular. "Buenooo..." contesto con voz de almohada; es mi compañero de Flextronics, Pedro Tiellery, con quien iré hoy a darle la vuelta a la Isla de Montreal en bicicleta, un evento organizado en el marco del Festival de la Bicicleta. Ya no alcanzo a pasar por él, así que quedamos de vernos en la arrancada. Me duermo otro rato (la desvelada de las 2 noches anteriores) y me levanto ahora sí en friega; desayuno ligero, ropa adecuada, cámara fotográfica, bicicleta rentada y vámonos. Subo al auto, tomo la 40, luego la 15, luego al centro, Sherbrooke y finalmente Rachel. Encuentro estacionamiento a media cuadra y me trepo a la bicla. En la calle Rachel hay una ciclovía que me llevará al arranque del Tour. Como no conozco bien el asunto, sigo a un señor que lleva su identificación oficial (una especie de "pechera" con los letreros de participante del Tour). En el camino veo que hay muchos otros ciclistas de camino... finalmente, llego al Parc Maisonneuve y en una esquina recojo mi paquete de registro. La mujer que me atiende me dice que hace unos minutos mi compañero preguntó por mí. Bueno, le llamaré al celular... joder, no me lo sé, lo anoté en un papel que dejé en el hotel, bien, gracias. Ni hablar. Me coloco mi "pechera" y le pido a una ciclista me tome la foto del recuerdo. Sigo entonces la ciclovía alrededor del parque. Ciclistas, ciclistas, ciclistas... ¡es un evento muy popular! Oí decir que los organizadores esperan 30,000 participantes. El día nublado, con viento fresco pero a gusto, un buen día para pedalear sin duda. El recorrido consta de 50 Kms. en la parte este de la Isla, la salida/meta será junto al Parque Olímpico.

Bicicletas de todos colores y sabores. Familias, amigos, señoras y señores con el cabello blanco, niños pequeños, ciclistas dedicados, algunos con disfraces, muchos con cosas en sus cascos, como pelucas, vasos, pollos de plástico, plumas, figuras de peluche... el chiste es salir a rodar, convivir y divertirse. Para llegar a la línea de salida hay que caminar poco a poco. La salida oficial fué a las 9:15, yo paso a las 10:06. Volteo a todos lados para ubicar a Pedro. "No, qué me lo voy a encontrar, es un mar de gente... quién sabe, más adelante creo que sí lo voy a ver" pensaba. Arrancan. Tomo un buen ritmo, reduzco la velocidad para tomar fotos. Llego a un lugar donde la gente se detiene... ¿qué pasa? Ah, es una zona de "break"; hay agua, baños, asistencia mecánica cortesía de Shimano... ey, este evento está muy bien organizado. La ruta muy bien marcada, muchos ciclistas con un jersey rojo para "asistencia en el camino", jóvenes con playeras verdes gritando y echando porras a los ciclistas... no entiendo exactamente lo que dicen pero el chiste es echar desmother. Tomo agua y continúo con el recorrido. Y ¿adivinen qué? ¡Ahí está Pedro! "Ey señor ¿a donde vá usted?" Y voltea todo sorprendido... jajaja, entre tantos ciclistas logramos encontrarnos. Así que pasamos la mayor parte del recorrido rodando juntos. La lluvia como que amenaza pero es solo una pequeña brisa, así que no problema. Además yo ya vengo mentalizado a que si me empapo pues ya ni modo. Llegamos al siguiente descanso. Se escuchan tambores. "Vamos a ver qué hay". Resulta que el patrocinador en turno es una marca de leche y estan regalando muestras, unos botes y aparte un popote que le dá sabor a la leche. Ah, qué bien cae. ¿Y los tambores? Un grupo de música brasileña que está poniendo el ambiente, hasta dan ganas de bailar.

Continuamos... vamos rodando por un camino al lado del río Saint Lawrence. La lluvia entre que se anima y no se anima. De repente es una leve brisa, de repente un poco más fuerte. Pasamos por varias calles de zonas residenciales. En el tercer puesto de abastecimiento, nos detenemos para comer algo. Son las 12 y ya hace hambre. Vamos por unos ricos hot-dogs; la marca patrocinadora ahora es Dial, y regalan una bolsa con sus productos, jabones y otras cosas.

Ultima parte del trayecto. Cruzamos unas vías del tren y llegamos a una zona de empresas cementeras. Previamente pasamos también por la lateral de la autopista 40, la "transcanadiense", como le llaman aquí. En las últimas calles tengo que bajar el ritmo ya que el buen Pedro viene leeento... como que se le bajó la pila. La llegada a la meta es justo enfrente del Parque Olímpico. Aaahhh, qué bien, valió la pena el paseo. Otro bote de leche y damos una vuelta por la zona, la cual está muy animada con un montón de ciclistas, gente en zancos, grupos musicales, unos "científicos chiflados" dando la vuelta... finalmente damos una breve vuelta por algunos stands, a mí me interesa el de Shimano pero los precios están prohibitivos: hasta $250 dólares por un par de zapatos para bici de montaña. ¡Auch! Pero están regalando botellas plásticas, así que nos hacemos de un par. Emprendemos el camino de regreso ya que la lluvia amenaza en serio. Nuevamente por la calle Rachel acompañados de mucha gente en bici que viene de regreso, y justo en la esquina de la tienda donde renté la bici, nos despedimos.

Así fué...

¡Listo para comenzar!




Una "bicicleta" muy sui generis... creo que hasta Bluetooth y WiFi traía


Muchísima gente en la arrancada





Bici de montaña con llantas para pavimento





Muchos padres de familia con sus pequeños









El buen Pedro a bordo de su nave





La batucada



¡Los changos se salieron del zoo!







Sistema de cambios oculto, de Shimano




Unas Giant Trance X que tenían de muestra, bonitas bicis


Algo de la arquitectura local



No hay comentarios.:

Publicar un comentario