Sábado 21 de Abril, 10:00 Hrs. Todo está listo para el arranque. Aunque me siento tranquilo lo cierto es que la adrenalina va en ascenso. El sol ya ilumina fuertemente y eleva la temperatura. El ambiente impregnado a testosterona. Mi pie izquierdo en el pedal, me apoyo en la pierna derecha mientras agarro el manubrio con la mano izquierda y la otra mano lista para arrancar el cronómetro. Entonces se escucha en el sonido la cuenta regresiva: "10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1... ¡arrancan!" Ahí va la estampida de corredores. Trato de tomar las cosas con calma, esto apenas empieza. Pero finalmente es una competencia, hay que dar lo mejor que uno tiene y no hay que permitir que los demás se vayan. Una vuelta corta de arranque y luego al circuito principal de 65Km. Un ascenso relativamente sencillo, un tramo recto y enseguida un largo descenso técnico en un terreno infestado de piedras y cactáceas. Hay quienes evidencían falta de manejo, así que me arriesgo saliéndome de la vereda para rebasar entre piedras sueltas, huizaches y nopales. Confío en mis llantas y el sellador. En la salida me han rebasado una cantidad de corredores pero ya empiezo a recuperar posiciones. No ha transcurrido ni media hora y ya he visto un par de ponchados. Llega entonces el primer cruce de río... ¡joder, el agua está bien fría! Aparte hay que cargar la bici y luchar contra la corriente, que no es muy fuerte pero exige de cualquier manera. Ahora la ruta es en terreno más o menos parejo. Otros 2 cruces de río, hay muchas piedras sueltas en el fondo, una chica cae frente a mí, vaya empapada. Una última incursión en el agua, aqui es un poco más profundo y me llega un leve escalofrío al contacto del líquido con mis partes nobles... bbrrr. Y entonces, "Bienvenidos al Templo del Dolor", comienza lo que sería un ascenso interminable. Tomo un vaso de gueitoreid en el primer puesto de hidratación ubicado en el rancho El Durazno. Los lugareños curiosean y animan a los competidores. La pendiente es fuerte y la vereda es un hermoso jardín de rocas; el recurso del "payasito" es más que inminente. A media subida el camino se impone y todos a mi alrededor (yo incluído) nos bajamos y continuamos a pie. Más adelante la pendiente cede y vuelvo a montar mi corcel. Más piedras. Más subida. Más piedras. En una de esas siento como una piedra me golpea la pierna... ¡ouch! Parece que ya se acerca la cima. Justo enfrente se atora un corredor y me forza a parar. Ah, como fastidia esto de perder el ritmo. El camino se nivela ¡por fin! Podré descansar... ey, momento. ¿Más piedras? Sí, asi es. Sigo pedaleando tratando de conservar la cadencia pero es un esfuerzo continuo; voy rebotando peor que en un slam. Una bajada leve pero que no ayuda mucho, las piedras frenan la bicicleta. Y otra vez a subir, no muy inclinado el terreno pero subida al fin. A esto hay que agregar, si, adivinaron, lo pedregoso del camino. Y el sol que caía sin piedad. Pero ahora con un "pequeño" factor extra: viento en contra. ¡Qué chulada! Lo que hacía falta. Ya empezaba a ver esto como un martirio. ¿A qué hora terminará el ascenso? A lo lejos, el segundo puesto de hidratación. Gueitoreid + agua. Sigue una terracería de subida pero ya sin piedras; algo es algo. El viento sigue soplando fuerte. Procuro hacerme "conchita". Atrás viene un grupo que había pasado en el ascenso, ya antes había notado que no traen mucho manejo subiendo. No creo que me alcancen. Seguir pedaleando, no esforzarme de más, aún falta mucho, no subas del 90% de tu ritmo cardiaco, tranquilo, haz tu carrera, haz tu carrera, haz tu carrera... constantemente me insisto a mí mismo para no desgastarme. Finalmente me alcanzan y comienzan a rebasarme por la izquierda. Entonces, entiendo inmediatamente que, dadas las circunstancias de viento en contra, lo mejor es aplicar la táctica rutera: me pego atrás del grupo para cortarme el aire. Avanzamos rápido en fila india, el ritmo que traen es fuerte pero prefiero aumentar la cadencia con tal de ahorrarme el viento en mi rostro. Trato de cooperar pasándome al frente pero al parecer no vienen en la misma sintonía... los pierdo en la siguiente subida pedregosa. Para entonces, el cansancio ya empieza a pasar lista de presente. Km. 30... aún falta mucho. Viene algo de bajada y ahora el grupo me persigue. No me es posible sostener el ritmo mucho tiempo y terminan por dejarme. De pronto me encuentro como la canción de Marisela, "solo con mi soledad". Asi pedaleo un rato. Un ponchado. Luego otro. Me alegro una vez más de traer el sellador en las llantas. Siguiente puesto de hidratación, ya casi no traigo agua así que decido rellenar una de las botellas, sirve que esto me dá un respiro. Viene la bajada más radical y técnica del recorrido. ¿Había mencionado que el freno trasero estaba fallando? Toda la competencia tuve que aplicar el ABS manual con la mano derecha. Afortunadamente hace tiempo que me acostumbré a utilizar más el freno delantero que el trasero... ¡bajan! No, no me caí, pero la vereda está bien empinada, serpenteante y muy, muy pedregosa. Es posible rodar pero dada mi situación de cansancio prefiero bajar a pie para evitar un accidente que lamentar. Y la factura del esfuerzo se empieza a pasar a las piernas; me llegan los primeros síntomas del calambre. Llego al fondo junto a un río, me vuelvo a trepar a la bici pero no por mucho tiempo, viene una subida a pie. Me encuentro a un corredor parado. "Ya me llegó el calambre", comenta. "Ni me lo menciones" respondo "porque a mí también me dá". Sigo rodando y hay un pequeño cruce de río, el agua cae refrescante aunque sea solo en las piernas. Penúltimo puesto de hidratación, gueitoreid + agua + electrolito, el cual sabía a madres pero qué bien me hacía sentir. Km. 40, comienza ahora sí un verdadero "via crucis", 7 Kms. de pura subida por terracería. Y es aquí donde llegan las caídas. Qué ironía ¿no les parece? No llevo ni 500mts cuando se enciende la alarma del calambre. Primera caída: a caminar. Me recupero, vuelvo a la bici. El calor a todo lo que dá, 38 grados en el termómetro. Elecrolito, agua, el último gel. Me siento un poco mejor. Subir, subir, subir... segunda caída. Caminar, caminar, caminar. Y llegan los fantasmas del abandono a mi mente. No, todavía no. A rodar, ya falta menos. ¿Cuántos corredores me han pasado? He perdido la cuenta. El suero se acaba y el agua escasea. Tercera caída. Esta vez, al desmontarme de la bici el calambre no perdona. ¡OUCH! Vaya dolor intenso. Espero a que pase y sigo caminando. Adelante hay una caseta. Me doy cuenta que hay un hombre, "ojalá tenga agua". Efectivamente, me ofrece del vital líquido. Ni tardo ni perezoso me acerco para llenar mi botella. Me echo agua en la cabeza, agradezco la atención y prosigo. Ahora es bajada... vaya, puedo descansar mis piernas y mis nalgas. Y otra subida. Ya falta muy poco, puedo escuchar algunos vehículos en la carretera. Ya no quiero queso sino salir de la ratonera. Ultimo puesto de hidratación. Sigue una buena bajada en el pavimento... aaaahhh, qué alivio. Algunas subidas no complicadas pero que, dado mi estado de agotamiento, me parecen muuuy empinadas. Afortunadamente los calambres están controlados y ya no me bajo de la bici. Una última bajada rápida, ya se puede ver la meta. Desviación a una terracería. Sé que viene una vereda junto a un desfiladero. Ey, qué hermoso paisaje, una presa en medio de los acantilados. Digno de admirarse, pero será en otra ocasión, ahora mismo lo que quiero es ya terminar. Acabo con la última parte pedregosa. No muy lejos en el horizonte puedo ver a los últimos dos corredores que me pasaron en la carretera. Huelo sangre. Es de bajada, mis piernas ya se recuperaron... no, en realidad no creo traer combustible para el sprint final, así que deshecho la idea. Simplemente mantengo un buen ritmo en la bici para llegar a la meta con dignidad. Y así, unos segundos antes de las 5 horas de recorrido, arribo al destino final. Agotado pero contento. Así fué...
Numerología: 60.3 Kms., 04:59 Hrs., Vel. Promedio 12.5 Km/Hr, 1,110mts ascendidos, 6 litros de líquidos, 1 calambre y mucho, mucho esfuerzo.
Special Tactics Mexico
Hace 5 años.
Muchas felicidades por ese esfuerzo; definitivamente te da muchisima condicion fisica. Oye, a tu articulo le falto incluir en que puesto llegaste en la carrera, en que lugar de cuantos. Felicidades nuevamente.
ResponderBorrarPablo: Felicidades por este tipo de esfuerzos que sin duda alguna, te dan muchisima condicion fisica. Oye, lo unico que te falto incluir en tu reporte fue el lugar en que llegaste en la carrera, que lugar de cuantos. Felicidades nuevamente
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