9 de abril de 2010

Semana Santa

No se puede decir que hubiera tenido vacaciones formalmente, aunque siempre es una semana tranquila. Ya hace tiempo que no salgo de la ciudad entre otras cosas porque viene mi mamá de visita y pues me toca atenderla. Aunque el jueves temprano me dí una escapada a La Primavera para saludar al buen Arthur que ya tenía un tiempo sin verlo. Rodamos Mosca-Toboganes subiendo por La Cebada ante mi insistencia, la cual me salió cara ya que calculé mal una vuelta y gracias a la hojarasca suelta que abunda mi rueda delantera patinó y ¡bajan! me puse un buen trancazo. Nada serio pero ¡ah! cómo jode. Más adelante tuve que medio enderezar el desviador trasero que se dobló gracias a la caída. Ni modo, gajes del oficio.

Fuera de eso una rodada agradable en compañía de buenos amigos. Los dejo con las imágenes de la ocasión.

La parejota se reúne nuevamente


¡Arturo estrenando un bicicletón!


Naahh... brincos diera, se la prestaron para la foto. Él sigue con su Caterpillar.







Así fué.

7 de abril de 2010

David 0, Goliat 1

Bien sabido es que a los ciclomontañistas nos gusta la chela; si hay alguno que no, mejor que se retire a hacer spinning, jajaja... para no generalizar, por lo menos si es bien sabido que yo disfruto mucho de la cerveza. Como diría la QK "que me rieguen con cerveza la bebida, bebida de reyes". Sucedió entonces que hace tiempo nos enteramos que abrió una microcervecería en Tlaquepaque, conocida como Beer Lounge. Aparte de fabricar su propia cerveza tienen un espacio tipo bar para disfrutar la bebida y también tienen oferta de alimentos. Éramos 4 personas y cada quien pidió un sabor distinto para poder degustar las diferentes opciones de cerveza. Con mucho entusiasmo nos dispusimos al primer trago y... oh, decepción. Una cerveza aguada, sin cuerpo, con escasas burbujas. Buen sabor pero es como cuando se toma leche deslactosada, no hay esencia.

Pasó el tiempo y desde entonces no nos habíamos vuelto a parar en el lugar. A últimas fechas habíamos escuchado buenos comentarios del Beer Lounge en foros, prensa y comentarios personales, por lo que María y yo decidimos hacer una segunda visita para ver si en esta ocasión la experiencia era diferente y habían mejorado la calidad de su cerveza. El pasado miércoles de semana santa asistimos al lugar a eso de las 19 Hrs y... oh, decepción. Otra vez. No soy un experto catador de cerveza ni mucho menos pero créanme que he probado las suficientes cervezas como para saber distinguir cuál es buena y cuál es mala. La mesa que nos asignaron estaba sucia y nunca la limpiaron. La persona que nos atendió tiene más actitud de jugador de póker que de mesero de bar. Así se empiezan a ir las ganas. Total, María pidió una cerveza de maracuyá y yo una Abbey Ale. Nada ha cambiado desde nuestra primer visita: chela sin cuerpo, escasa de burbujas... la de maracuyá muy dulce, también sin cuerpo, más parecida al tepache.

Por supuesto, no duramos mucho en el lugar. Ni propina dejamos. Mal servicio y mal producto. Así, es difícil poder recomendarlo. La iniciativa es buena y el entusiasmo de Elba Copado muy grande, se aplaude el esfuerzo que hace por fabricar cerveza artesanal en un país dominado por un duopolio contra quienes resulta complicado competir. Pero en este caso, hace falta mucho más que una simple honda y una piedra para derribar a Goliat.

Así fué.