No se puede decir que hubiera tenido vacaciones formalmente, aunque siempre es una semana tranquila. Ya hace tiempo que no salgo de la ciudad entre otras cosas porque viene mi mamá de visita y pues me toca atenderla. Aunque el jueves temprano me dí una escapada a La Primavera para saludar al buen Arthur que ya tenía un tiempo sin verlo. Rodamos Mosca-Toboganes subiendo por La Cebada ante mi insistencia, la cual me salió cara ya que calculé mal una vuelta y gracias a la hojarasca suelta que abunda mi rueda delantera patinó y ¡bajan! me puse un buen trancazo. Nada serio pero ¡ah! cómo jode. Más adelante tuve que medio enderezar el desviador trasero que se dobló gracias a la caída. Ni modo, gajes del oficio.
Fuera de eso una rodada agradable en compañía de buenos amigos. Los dejo con las imágenes de la ocasión.
¡Arturo estrenando un bicicletón!
Naahh... brincos diera, se la prestaron para la foto. Él sigue con su Caterpillar.
Así fué.