No es que me hubiese montado en un triciclo Apache (y miren que de niño tenía un "tractor" de la marca) sino que mas bien desempolvé mis patines que hace un buen no me ponía. De hecho, creo que si los he usado unas 6 ó 7 veces han sido muchas... el caso es que ayer domingo, aprovechando que es día de la Vía Recreactiva y habiendo cumplido mi cuota de kilómetros en la bicicleta (ya el sábado había sido humillado en la ruta por el sujetillo Samir y Carlos, méndigos, me dejaron ir adelante en el trepadón de regreso de Tala, pero al final ni el polvo les ví; ya habrá oportunidad de la revancha, nomas pérense a que recupere la condición...) decidí probar a rodar en patines. Antes permítaseme aclarar que yo soy de la (no tan) vieja escuela de los patines de 4 ruedas ubicadas como en los autos, dos adelante y dos atrás, los típicos de bota. No es por nada pero llegué a ser muy bueno... qué tiempos aquellos, casi todas las tardes me salía a patinar con los cuates de la cuadra, se juntaba una buena banda. Recuerdo que en una ocasión logramos reunir el dinero suficiente para comprar un "kit" de hockey, que básicamente consistía en un par de bastones y un puck de plástico en colores fosforescentes. Con esto y cuatro piedras nos poníamos a jugar "hockey banquetero"... muy divertido.
Lamentablemente el día que se organizó una competencia de patinaje de velocidad en la cual era favorito de mi categoría, enfermé de rubeola y solo pude ver las carreras desde la ventana de la sala de mi casa... en fin, que la fiebre por los patines se me fué diluyendo cuando me fuí a vivir a Etzatlán, debido al empedrado de las calles. Hasta que hace unos 6-7 años estuve en Miami de viaje y ví a mucha gente patinando con los patines de 4 ruedas en línea, y mi instinto consumista me impulsó a comprar un par. Sobra decir que la primera vez que los usé me caí un par de veces... nada grave pero sí bastante vergonzoso. Bah ¿quien me conoce por aquellos lares?
El caso es que ayer con todo y titubeos iniciales me lancé a las calles a patinar, eso sí, con casco y guantes por aquello de "no te entumas". Afortunadamente sin mayores contratiempos, excepto que era claro que parecía novato. No hay mucha gente patinando en la vía, al menos no en el tramo que recorrí: de Tepeyac y Niño Obrero hasta la glorieta de los Niños Héroes (ida y vuelta). No hubo zonas complicadas, el único lugar donde sí me dió "meyo" fué en el paso a desnivel de las vías y Niños Héroes... creo que dejé la mitad del hule de las ruedas del patín izquierdo por ir frenando.
En total fué una hora de patinaje, el cual pensé que no sería mucho ejercicio pero dado mi nivel y la calidad del pavimento en las calles de nuestra H. Ciudad resultó ser una buena rutina; quemé las mismas calorías que en una hora de spinning. Luego entonces, creo que el próximo domingo habré de ¡buurrppp! repetir la experiencia.
Así fué...
Lamentablemente el día que se organizó una competencia de patinaje de velocidad en la cual era favorito de mi categoría, enfermé de rubeola y solo pude ver las carreras desde la ventana de la sala de mi casa... en fin, que la fiebre por los patines se me fué diluyendo cuando me fuí a vivir a Etzatlán, debido al empedrado de las calles. Hasta que hace unos 6-7 años estuve en Miami de viaje y ví a mucha gente patinando con los patines de 4 ruedas en línea, y mi instinto consumista me impulsó a comprar un par. Sobra decir que la primera vez que los usé me caí un par de veces... nada grave pero sí bastante vergonzoso. Bah ¿quien me conoce por aquellos lares?
El caso es que ayer con todo y titubeos iniciales me lancé a las calles a patinar, eso sí, con casco y guantes por aquello de "no te entumas". Afortunadamente sin mayores contratiempos, excepto que era claro que parecía novato. No hay mucha gente patinando en la vía, al menos no en el tramo que recorrí: de Tepeyac y Niño Obrero hasta la glorieta de los Niños Héroes (ida y vuelta). No hubo zonas complicadas, el único lugar donde sí me dió "meyo" fué en el paso a desnivel de las vías y Niños Héroes... creo que dejé la mitad del hule de las ruedas del patín izquierdo por ir frenando.
En total fué una hora de patinaje, el cual pensé que no sería mucho ejercicio pero dado mi nivel y la calidad del pavimento en las calles de nuestra H. Ciudad resultó ser una buena rutina; quemé las mismas calorías que en una hora de spinning. Luego entonces, creo que el próximo domingo habré de ¡buurrppp! repetir la experiencia.
Así fué...