El día de ayer salí temprano a rodar en La Primavera. Al acercarme a la caseta de Mariano Otero no pude evitar fastidiarme un poco por el nuevo fraccionamiento que están construyendo a la entrada del bosque. Me vino a la mente aquella predicción que hice en los incendios del 2005: "calculo unos 25 años para que el bosque desaparezca". Quizá en el número exacto de años me equivoque, pero seguro vamos a acabar con La Primavera. Es cuestión de tiempo.
Este pavimento fué recién construido. Como pueden ver, ni siquiera se tomaron la molestia de pensar en los ciclistas que frecuentamos el bosque por la entrada de la Av. M. Otero. Cero espacio en la calle para peatones y bicicletas. ¡Abran paso a los automóviles!
"Area de protección de flora y fauna". Y justo a un lado el fraccionamiento... ¡JA! Bienvenidos a México, el país del "no pasa nada".
En fin, continué con rumbo a la Torre 1. Sudando la gota gorda por la falta de condición, tuve la fortuna de encontrarme con un venado a media subida. De inmediato me detuve para ver si lo podía fotografiar y cual fué mi sorpresa que, no solo no salió corriendo sino que incluso se acercaba a mí; claro, siempre con mucha cautela. Yo permanecía quieto y mientras pude tomar estas fotos:
Esta última foto la tomé a unos 2-3 metros de distancia. En ese momento me agaché para tomar mi botella de agua y se espantó, pero solo corrió unos metros y se orilló a la orilla. Entonces trepo a mi corcel y continuo el ascenso, contento por este encuentro cercano.
Lo demás pues simplemente fué llegar a la entrada del Espinazo del Diablo y ahora sí, a disfrutar de la bajada. Ah, nada como un buen singletrack entre el bosque, con buenos requerimientos al manubrio. Y de regreso a casa a continuar con las labores del día.
Así fué...