29 de julio de 2008

¿Hasta dónde...?

"How long until it dies? How long? How long?"
De la canción "Daylight Dies", Killswitch Engage, 2006.

Disculpen que los aburra una vez más con el tema del Bosque de La Primavera y su lenta pero segura desaparición a manos de la "civilización humana". Hoy me encontré con esta nota en el periódico Público en donde habla de la familia de Bugambilias que recibió un ataque a su casa con bombas molotov; "casualmente", esta familia es una de las principales opositoras a la tala del bosque en favor de cotos residenciales.

Qué lamentable que los interesados en invadir el bosque con fraccionamientos de casas-habitación y centros comerciales recurran a estos métodos para amedrentar a sus opositores. Qué lástima que las autoridades no actúen en defensa de los derechos ciudadanos. Y qué lástima que los ciudadanos no nos sepamos defender a nosotros mismos. Que no nos organicemos. Que no protestemos. No contentos con eso, nos volvemos cómplices del deterioro ambiental en La Primavera al comprar las casas y los terrenos con fines particulares que ahí nos venden.

En fin, espero que esta pequeña contribución sirva para, al menos, hacer que una que otra persona reflexione sobre este problema. "Algo es algo", dijo el calvo...

P.D. ¿Alguien sabe dónde venden escudos contra bombas molotov?

17 de julio de 2008

Tanto peca el que mata la vaca...

... como el que le agarra la pata. "Los dichos no los hicieron los pendejos", como bien decía un conocido.Y es que con todo este asunto de la urbanización del Bosque de La Primavera, me puse a reflexionar en que, por ejemplo, para nosotros la comunidad ciclomontañista (uno de los principales grupos que utilizan el Bosque como área recreativa y supuestamente interesados en que se conserve como una zona natural en vez de pasar a formar parte de la mancha urbana) es muy triste ver como poco a poco el asfalto vá ganando terreno. Hace apenas unos días les comentaba de la lamentable decisión de un juez que concedió un amparo en una zona de 600 Hectáreas para no ser consideradas como zona protegida y por tanto, dejarlas en posibilidad plena de ser utilizadas como terrenos para construcción de vivienda y uso comercial. Y efectivamente, la culpa aquí puede ser fácilmente achacada al juez, a la gente que promovió dicho amparo con intereses claramente particulares, a las autoridades municipales, estatales y federales por su nula actuación en el caso, a las inmobiliarias involucradas, etc., etc., etc.... y hoy me encuentro con este pequeño fragmento:

"También nos parece muy grave que verdaderamente la ciudadanía no se inconforme y que el presidente municipal, al igual que los regidores, estén involucrados en esta serie de situaciones". Juan Martínez López, del grupo disidente de Santa Ana Tepetitlán.

El artículo completo lo pueden ver aquí.

Y así es. Es muy lamentable que nosotros los ciudadanos veamos cómo se acaba el Bosque y no hagamos nada. Absolutamente nada. Bueno, eso sí, como buenos tapatíos renegados, nos la pasamos reniegue y reniegue de las autoridades, la corrupción y demás. Lo peor del caso es que, en cuanto se ponen a la venta casas construidas en el Bosque, luego luego aparecen compradores. ¿No somos nosotros entonces claramente culpables también de la pérdida del Bosque de La Primavera?

Lo dejo a su consideración. Por lo pronto, si decidimos seguir como hasta ahora, o sea, sin hacer nada, por lo menos dejemos de quejarnos. Un poco más de seriedad y congruencia, por favor.

16 de julio de 2008

No solo de MTBiking vive el MTBiker

Hace ya un buen rato que rodé por primera vez "El Muñeco" junto con el buen Mofles de regreso de "Toboganes", en La Primavera. Al final de esta vereda (o mejor dicho, en el extremo que dá a la brecha de Mariano Otero) existe un agujero natural de unos 30 metros de diámetro y otros tantos de profundidad. Entonces se nos ocurrió que era el escenario perfecto para un descenso en cuerda ó rappel. Con tal intención me hice del equipo correspondiente (básicamente me faltaba la cuerda estática y un par de instrumentos para ascender de regreso por la cuerda) pero no había llegado la ocasión para descender en este lugar. Hasta ahora...





El pasado Domingo 13 de Julio me levanté temprano, puse lo necesario en la mochila para hacer rappel, me monté en mi corcel y salí de mi casa pedaleando con rumbo al bosque de La Primavera. Una mañana agradable, a ratos soleada, a ratos nublada pero con un clima fresco. Subestimé el peso de la mochila y pronto sentí el rigor de los 10Kgs. Aprox. extra... aunque lo más incómodo era que con el casco alcanzaba a rozar la parte alta de la mochila. En fin, hice un ajuste en la ergonomía, agarré ritmo y pronto me encontraba ya subiendo hacia el 8.5, sudando la gota gorda. Muchos ciclistas de montaña que me miraban curiosos cargando semejante mochila en la espalda... sin mayores contratiempos llegué a la vereda de "El Muñeco", tomé algunas fotos y un respiro y me dirigí al lugar. ¡Ah, qué bonito escenario! A preparar las cosas. Lo primero que hice fué colocar mi bicicleta junto a un árbol y asegurarla con un candado... digo, uno nunca sabe. Enseguida saqué la cuerda estática y justo cuando la estaba anudando a un árbol veo que se acerca un ciclista... ¡es el buen Mofles! Viene junto con un camarada y pues ya viendo lo que estaba preparando, los invité a quedarse para hacer el descenso. "Primero tú, si vemos que sales con vida de esto, nos aventamos". Gachos... y pues ni modo, una vez equipado con arnés y toda la cosa, ahí voy:



Ciertamente empecé algo nervioso, pero ya en confianza no hubo nada que temer y pronto me encontraba en el fondo de la pared. ¡Una vista impresionante! El Mofles y el Chino (a quien yo insistía en llamar José, pero no, no se llama así) documentando el descenso en fotos y video. Y ahora, pues a subir. No hay problema en hacerlo caminando pero yo quería probar con estos pequeños dispositivos que son unas pequeñas piezas de metal aparentemente sin chiste pero que cumplen muy bien su función para progresar sobre una cuerda vertical. Hacia arriba se deslizan y hacia abajo se atoran; luego entonces, con una cinta en la pierna y otro al arnés, se logra el efecto de ir subiendo. Al principio como que no sabía bien cómo coordinar los movimientos y me costó trabajo, pero luego ya pude subir más rápido. No faltaban los ciclistas curiosos que se detenían a ver qué estaba pasando. A medio ascenso me detuve para saludar a Enrique Arroyo quién me gritó desde las alturas. Intercambiamos algunas palabras, ellos siguieron rodando y yo seguí subiendo. En la parte final requerí de la ayuda del Mofles para poner pies en tierra (¿cómo habría hecho yo solo? No sé...) y así terminó mi turno, que en verdad disfruté mucho.

Siguió el Chino, muy valiente, y después de un breve curso de 5 min. de cómo utilizar el equipo, se aventó sin miedo a la muerte y descendió rápido y sin problemas. Entonces se animó a ascender por la cuerda, igual, al principio le sufrió un poco pero ya luego avanzó sin dificultades. Finalmente, el turno del Mofles, quien al principio se había mostrado renuente pero pues ni modo de ser el único que no... y ahí vá para abajo, disfrutando del paisaje. Eso sí, el ya subió caminando.








Mientras tanto el Chino y su servilleta nos dedicamos a recoger el equipo, todo a la mochila nuevamente y reanudamos la rodada por la vereda, la cual tiene sus zonas de manejo, cómo no. Y creánme que con la mochila a cuestas la cosa se complica, un par de ocasiones sentí que saldría volando por encima del manubrio... afortunadamente no fué así. Subimos de regreso a Mariano Otero y cruzamos para seguir subiendo hacia una vereda que desciende como quien viene de Torre 1 por el "Espinazo del Diablo". A pesar de la carga, iba yo con muy buen ánimo después del rappel y disfrutando de la rodada junto con dos buenos camaradas, cuando apareció el pelo en la sopa...







Justo antes de la última subida, me detuve a tomar unas fotos, guardé la cámara, empujé la bici y ¡OUCH! Sentí como si me hubieran echado pica-pica en la cola. ¿Qué pasó? No sé, no ví nada alrededor y por más que buscaba en la licra, nada. El ardor se sentía de la "#$%&... aceleré el paso y de pronto, sentí otro piquete detrás de la rodilla izquierda. ¡Joder! Alcancé al Chino y al Mofles en la parte alta, les platiqué del incidente y en eso veo una avispa amarilla en mi guante. ¡Con razón andaba como toro en segundo tercio, todo banderillado! En fin, lo peor ya había pasado y comenzamos el descenso, con la adrenalina de la bajada casi no sentí la molestia de los piquetes. Llegamos nuevamente a M. Otero, bajamos por Cabañas hacia el autódromo y llegamos a la caseta donde nos detuvimos por una coquita muy refrescante... aaahhhh, qué bien cae. Lo demás, fué simplemente rodar de bajada hasta la casa. Una muy buena "rodada alternativa".

Así fué...

7 de julio de 2008

¡Apurémonos!

Ayer me aventé una muy buena rodada en el bosque de La Primavera por una ruta muy poco transitada y exigente, con un clima muy bueno, saludé a unos amigos, me detuve a contemplar el bello paisaje... en fin, la pasé muuuuy bien a bordo de mi bicla. Y hoy me encuentro con esto (click en la imagen para ver el artículo completo):


Luego entonces, no les pido que hagamos una protesta en contra de las malas (y claramente interesadas) decisiones de los tribunales; en contra de nuestro inútil gobierno estatal; en contra de la urbanización del principal "pulmón" de Guadalajara; en contra de la desaparición de un enorme espacio natural recreativo para todos aquellos quienes gustamos de las actividades al aire libre. No. Yo sé que todos ustedes tienen muuuuchas cosas infinitamente más importantes qué hacer. Mi única petición es simplemente ésta: disfruten el bosque de La Primavera mientras se pueda. Vayan a rodar, a correr, a un día de campo, a meditar, a practicar rappel, a acampar, a bañarse en el río de agua caliente... y tomen fotos. Muchas fotos. Para que al menos en el futuro pueda disfrutarse en imágenes.

Taylor: "I didn't make the world the way it is, I just get through it as fast and clean as possible."
Harold: "We all make the world the way it is."
K2: The Ultimate High, 1991.