Me encontré con esta página de un joven de 16 años quien fabricó una bicicleta 100% de madera, y es 100% funcional. Incluso cuenta con el sistema de "rueda libre" de tal manera que es posible que la rueda trasera siga girando aún sin pedalear. Muy interesante, échenle un ojo...
El sábado pasado nos reunimos enfrente del balneario "Las Tortugas" para realizar el ascenso a la siempre temible Torre 3. Mucho frío al inicio, 9 grados de temperatura. Un buen grupo el que se juntó en esta ocasión, y ahí vamos poco a poco. Yo tenía mis dudas acerca de cómo iban a estar mis piernas para esta ocasión pero por ganas no quedaba. Justo al cruzar el río de agua caliente hicimos una pausa para que el "sujetillo" hiciera ajustes en sus frenos de disco marca... eran algo como... "Lily-Ledy" ó "Mi Alegría"... lo siento, no recuerdo bien. El caso es que pronto reanudamos la marcha. La última vez que estuve por aquí (hace ya más de un año) la lluvia había hecho de las suyas y la brecha tenía algo de manejo, pero ya se han encargado de darle mantenimiento y prácticamente todo el camino es parejo. Pasamos el río seco y más adelante una pausa en la primera desviación a la izquierda para esperar al grupo. En eso, "alguien" (se me pidió guardar el anonimato) tenía problemas para beber agua de su flamante y recién adquirido sistema de hidratación de mochila marca The North Face (se escucha "fancy" ¿no creen?). Ah, estos inventos del hombre blanco. Pues nada de agua por la boquilla. ¿Se muerde...? No. ¿Se chupa...? No. ¿Mastica melox...? El enigma continuaba. Se descubre entonces una válvula de seguridad cerca de la bolsa. ¡Caso resuelto! No, no es eso. Otro retira la boquilla y la inspecciona... ¡guácala! ¡Tiene un moco adentro! "Alguien" escupe entonces repulsivamente después de tanto succionar sin éxito. "Con razón estaba en oferta, jajaja" se escucha. Las manecillas del reloj siguen su curso, el moco sigue ahí metido y nada de agua. Finalmente, se resuelve el caso: había que girar la boquilla para abrir la válvula. ¡Voilá! Sugerencia: léase el manual de usuario antes de utilizar cualquier producto.
De vuelta a pedalear. Varios del grupo se van quedando. No se me hace raro, ví a uno que traía una Santa Cruz Heckler muy bonita y bien equipada, pero definitivamente no es una bicicleta para este tipo de rutas. Otro se queda en el camino, otro se acalambra... total, yo voy siguiendo a Arturo, Samir y Erick van más adelante a muy buen ritmo. 1,500 metros de altura, aún faltan casi 600. Ya empiezo a sentir el rigor de la subida. Trato de ajustar mi cadencia para administrar el esfuerzo. Pedalear, pedalear, pedalear, no hay otra opción. El terreno parejo pero resbaloso por tanta piedrita; hay que escoger bien por dónde pasar. 1,700 metros, estoy a tiro de piedra de alcanzar a Arturo. Parece fácil, pero no lo es, sobre todo porque empiezo a sentir hambre. Tranquilo, sube, pedalea, no te desesperes. 1,800 metros, la parte más empinada del recorrido. Adelante en una curva, veo que Arturo va a pie. "¡Vamos Artur, vamos!" le grito, se vuelve a montar y continúa. Pensé entonces que lo alcanzaría pero me llega definitivamente el bajón... ¡comida! Mi cuerpo pide a gritos combustible. Justo a los 1,900 metros me detengo y devoro mi sandwich seguido de una rica y jugosa manzana. ¡Aaahhh, esto es vida! Ahora sí, a terminar la subida. A partir de aquí la pendiente cede pero no por ello es fácil, a estas alturas ya no sé que me duele más, si las piernas, los brazos ó mi trasero. Llego al mirador y dejo mi bicla junto a las otras y subo a pie hasta la Torre. Ahí están Samir, Erick y Arturo. No sé que fué más difícil, si pedalear hasta el mirador ó subir caminando hasta la Torre, después del esfuerzo esta caminadita pesa. Fotos, un refrigerio y vámonos, aún falta el regreso. En el mirador está Jimmy, al pasito pero llegó. La bajada rápida pero con cuidado, el terreno es muy resbaloso y las curvas cerradas. Yo traigo otra preocupación: el agua. No traigo suficiente. Y el sol cae a plomo. Afortunadamente, hay un arroyo en el camino. Agua clara y corriente... de aquí soy. Refrescado y reabastecido, continúo el regreso. Justo en la subida del río seco me detengo para ingerir un gel y va'parriba. Ahí me están esperando el sujetillo y Erick. De nueva cuenta por el río de agua caliente, una que otra subidilla, espero a Jimmy y terminamos, exhaustos pero completamos la ruta.
Así es, la temporada 2008 ya está aquí y hay que prepararse para salir a disfrutar del aire libre a bordo de la bicicleta, ó a pie, ó en kayak ó como ustedes prefieran, el chiste es deshacerse del tono de piel "blanco oficinista" y dejar que los rayos del sol nos devuelvan un poco de vida.
Para aquellos interesados, aquí les envío algunas referencias de eventos y competencias:
12 Horas Buff (Bici de Montaña) 12 Horas continuas de MTB en modalidades de 1, 2 ó 4 personas. Nunca he participado pero este año parece que haremos un equipo de 4 con otros camaradas, veremos qué tal.
Trans-Mexicana No es necesario viajar hasta Costa Rica (La Ruta de los Conquistadores) para realizar una travesía en bici de montaña del Atlántico al Pacífico, en México ya tenemos nuestra propia competencia, la cual comienza en Veracruz y termina en Huatulco. Todo un reto, me encantaría poder participar pero no creo tener las piernas suficientes por el momento, la competencia ya está a la vuelta de la esquina. Si el año que viene se repite, ahí estaremos.
Serial Raid México Este serial tiene varias opciones, como carreras de aventura, el Kayak Challenge y el Bike Marathon. Chéquenle, está muy interesante. El año pasado yo estuve en el Bike Marathon de Durango y vaya madrina que me llevé, nunca me había acalambrado tanto en una competencia. Espero que este año la historia sea diferente.
Por lo pronto el entrenamiento sigue, este sábado toca el turno a Torre 3, una subida interminable y resbalosa pero justo lo que se necesita para ir dándole fuerza a las piernas. También servirá para seguirme acostumbrando a las nuevas llantas, unas Specialized Fast Trak LK las cuales son un poco más delgadas y con menos dibujo que las Maxxis Crossmark que usaba antes. Tienen la ventaja de ser más ligeras y presentar menos resistencia al rodamiento, pero requieren algo más de delicadeza al volante.
Ah, y enseguida reporto sobre la rodada del domingo pasado de La Venta a Tequila, estaba esperando las fotos de Juan Pablo pero se me hace que mejor le voy adelantando...
No, no me refiero a la cuesta de Enero (mis deudas datan de mucho antes, jejeje) sino más bien a una rodada que hice junto con unos buenos camaradas por el rumbo de Etzatlán el pasado 10 de Noviembre (lo sé, ya llovió...). Una gran disculpa por no publicar antes las fotos, pero finalmente aquí las tienen:
Fué una buena ocasión, al principio mucha neblina y algo de frío en la carretera, pero al llegar a la terracería el calorcito ya se dejaba sentir. Montón de flores moradas por doquier; desconozco el nombre pero me resultan muy bonitas. Luego vino el ascenso el cual en su mayor parte no tiene mucha pendiente pero sí que está bien tendidito, así que es exigente. Más o menos a la mitad, justo en la comunidad de Las Jiménez, se encuentran unas ruinas de lo que pareciera una ex-Hacienda pero que en realidad eran instalaciones de la compañía minera Amparo Mining Co. Nos detuvimos para conocer el lugar (excepto por Ricardo, a quien ya se le cocían las habas por llegar a degustar la avena) el cual es como una pequeña ventana al pasado. Estuvimos platicando con un lugareño que nos trató con mucha amabilidad y se veía ávido de contarnos la historia de este sitio. Una vez tomado las respectivas fotos y acabado con la reseña, retomamos el ascenso hasta lo más alto de la ruta en donde encontramos a Richard y a Charlie... no sé porque en ese momento me acordé de la populachera canción que va algo así como "... y la hierba se movía, se movía, se movía", jajajaja. Enseguida bajamos a toda velocidad a El Amparo, en donde hicimos pausa para tomar una coquita bien fría (¡aaahhhh!). Ya con el sol en todo lo alto proseguimos con el último ascenso, que para entonces ya requería mucho esfuerzo en las piernas. Afortunadamente todo lo que sube tiene que bajar y comienza una bajada muy rápida por terracería llena de curvas y mucha piedrita suelta... de pronto el buen Richard realiza un aterrizaje forzoso cortesía del bloqueador de la llanta trasera que tuvo a bien zafarse. Gajes del oficio. Llegamos al mirador que está justo por debajo de la Cruz de Quesada y nos detenemos a contemplar el paisaje desde lo alto.
Finalmente, la sección de la ruta por la cual vale la pena realizar todo el ascenso a través de los cerros... singletrack técnico ¡diversión pura! Voy por delante ya que soy el guía en esta ocasión y empiezo de muy buena gana a bajar por un camino estrecho entre piedras, raíces, escalones, espinas y demás. La vereda ha cambiado después de la temporada de lluvias y hay algunos pasos complicados, de tal suerte que en una de esas se detiene en seco con una piedra mi llanta delantera y ¡bajan! Lo curioso es que no tuve ni tiempo de desengraparme, de alguna manera me quedé enredado con la bicicleta y solo sentía como me iba deslizando despacito hacia un lado, jajajaja, ahora me acuerdo y me dá risa, pero en ese momento pensé que iba a bajar el cerro por entre los matorrales. Afortunadamente llegó la ayuda y me reincorporé para seguir descendiendo. Mucha piedra suelta y muchas curvas muy cerradas... realmente es exigente este singletrack, pero por supuesto que vale la pena.
Al final el buen Charlie ya venía como llanta ponchada, todo desinflado, pero llegamos a casa de mi papá y la recompensa al esfuerzo no se hizo esperar: chilaquiles con huevito y una avena de pocas... ¡aaahhh, qué alivio! Richard creo que se tomó como un litro y todavía pidió para llevar, no inventes, a ver cuándo lo vuelvo a invitar... jajajaja, lo bueno que ya por fin le dieron la receta, así se puede preparar él mismo.
Total, una muy buena y típica rodada en bici de montaña, con ponchaduras, caídas y toda la cosa. Así fué...
Hace como 4 ó 5 años unos amigos me invitaron a rodar en 31 de Diciembre con el pretexto de "la última del año", lo cual me pareció una buena idea. Desde entonces como que me gustó la tradición y procuro no faltar. En esta ocasión no hubo quórum (lo cual de alguna manera se entiende, ya que es época de pachanga y viajes y no siempre se encuentra con quien rodar) pero eso no obstó para que constara y me fuí a darle una vuelta a La Mosca. A gusto aunque pesado por la falta de condición, mes y medio sin rodar y las fiestas navideñas me pasaron la factura. No solo eso, sino que hasta la misma ruta me desconoció; después de repetir 3 veces el escalón que hay justo al terminar el ascenso y librarlo sin mayores complicaciones, en una sección recta pero llena de piedras y raíces, según yo iba bien pero de repente siento como de golpe el manubrio se me zafa de la mano izquierda e instantáneamente comprendí cual sería la consecuencia de esto... ¡bajan! Me detuve con el antebrazo derecho con su respectivo "peeling". Aparte del golpe me levanté enfadado porque nunca me había pasado algo así... pero bueno, siempre hay una primera vez. Después de todo, terminé satisfecho por el recorrido. Algo curioso que me encontré fué que la construcción que hay al iniciar la ruta y que ya llevaba varios meses de desarrollo, resulta que ahora tiene sellos de clausura por parte de la Profepa. De inmediato, mi mente inquisidora se puso a trabajar: "hasta que se pusieron las pilas. Pero, si esta construcción ya llevaba rato ¿cómo es que hasta ahora se dieron cuenta? Ahora bien ¿la clausuraron porque es una construcción que en primer término no debería estar ahí, o solo porque no cumplierton con ciertas normas? ¿De quién es la construcción? ¿Será genuina la clausura ó solo un mero trámite burocrático?". En fin, no pensaba arruinarme la rodada con estas preocupaciones de tinte político, pero no deja de llamar la atención este tipo de situaciones en el Bosque de La Primavera, el cual, mientras más pasa el tiempo, más se vé afectado por la "civilización humana". Es una lástima.